LECHE FRITA TRADICIONAL

Hola amig@s ¿qué pensabais que me había esfumado por arte de magia? pues de eso nada monadas, que aquí sigo dando guerra. Tras  un parón vacacional muuuuuuuuuuuy largo decido volver el último día de verano y a deshora para no perder las costumbres jeje.  Si es que ya me vale, y eso que la pobre empanada hace muuuucho que me estaba pidiendo a gritos que la sacara de la pantalla:  Ehhhhhh, quítame de aquí que mis pobres mejillones ya están de lo mas mustiooooooooooo. Mira bonita, quiero que queden las cosas claritas, aquí quien manda es la menda lerenda y si yo decido que te quedes ahí unos meses, no te queda otra que estar ahí quietecita, ¿o que te pensabas? ¿qué una empanada por muy buena que estuviera (que ya casi ni me acuerdo) me  iba a presionar? no hija noooooooooo.

Bromas aparte, el caso es que el verano está para disfrutar y yo lo he hecho, no penséis que me ido de vacaciones a ningún sitio, otro año más me ha tocado quedarme.  pero eso no significa que tengamos que amargarnos pensando en algún viaje que nos gustaría hacer y nuestra economía no nos permite. Hace años dejé de darle importancia a determinadas   cosas y  cada vez tengo más claro que si nos pusiéramos metas alcanzables y disfrutáramos  de aquello que nos gusta  no nos llenaríamos de frustraciones y seríamos más felices.

La receta con la que retomo el curso es de las de toda la vida, de verdad, sin añadidos extraños, ni nombres impronunciables. Como otras muchas se han ido modificando con el paso de los años,  y ahora en la mayoría de hogares lo que se prepara es una especie de crema pastelera frita. No digo que  el cambio esté malo, pero la leche frita que recuerdo de  mi niñez  es ésta, sin  huevos ni  florituras y con un intenso sabor a canela.  ¿Y qué queréis que os diga?  no necesita nada más,  el sabor que tiene es increíble , deliciosaaaa.
 

NECESITAMOS LOS SIGUIENTES INGREDIENTES:

1 litro de leche
200 Gramos gr de azúcar
50gr de maicena (sino tenemos lo sustituimos por harina, queda muy buena también 
50 gr de harina.
Un palo de canela y la cáscara de un limón (sin la parte blanca)
Para rebozar:
Dos huevos y harina
Aceite de girasol u oliva suave para freir
Azúcar y canela para espolvorear.

ASÍ DE FÁCIL ES LA  PREPARACIÓN:
Lo primero que hacemos es  separar una taza del litro de leche y reservarla. El resto la ponemos en un cazo con el azúcar, el palo de canela y la cáscara de limón, dejamos hervir y la tapamos y dejamos infusionar media hora para que coja todo el sabor.
Tamizamos la harina y la maicena y le vamos añadiendo poco a poco la taza de leche que teníamos reservada hasta formar una crema. Si no tenemos maizena le añadimos los 100 gr de harina.
Colamos la leche que´ya está con todo el aroma y se la añadimos a la crema.
Ponemos  a fuego  suave sin parar de remover durante 10 minutos .

Echamos en una fuente , lo que hago no es untarla con mantequilla , sino que la  lleno con agua fría, se la retiro   y acto seguido echo la crema. De este modo no se pega la masa a ella , mi madre siempre lo hacía así, incluso con la masa  de las croquetas.

Dejamos enfriar mínimo 4 horas

Cortamos en cuadrados la masa, mojando el cuchillo cada vez que vamos a cortar  para que no se nos pegue al cuchillo.

Pasamos los cuadraditos por harina retirando el exceso. Los rebozamos con huevo y freímos en aceite caliente.

Escurrimos sobre un papel absorbente y los pasamos por una  mezcla de azúcar y canela.
Espero que os guste y os traiga tan buenos recuerdos  como a nosotr@s.

La entrada de hoy va por Dani porque adora la leche frita y además llevaba un montón de tiempo detrás de mí para que se la preparara.